Hoy, “Día Mundial de la Eficiencia Energética”, podemos decir que todo el mundo ha escuchado y ha sido avasallado en innumerables ocasiones, para que seamos eficientes desde el punto de vista energético. Esto redundaría en una disminución de consumo energético en nuestros hogares e industrias, que a su vez disminuiría de forma proporcional las emisiones de gases de efecto invernadero y por último y más importante, AHORRARÍA DINERO.
Este modelo de implantación orquestado en Europa a través de diferentes directivas, incluidas la famosa 20-20-20, o las más recientes relacionadas con la calificación energética de edificios, pretenden que se produzca un cambio de mentalidad que influya en nuestra forma de utilizar las cosas, en nuestros hábitos de consumo, así como en la mejora de nuestros sistemas productivos.
Teniendo en cuenta que eficiencia es la capacidad disponer de algo para conseguir un objetivo determinado, podríamos definir la eficiencia energética como la capacidad de disponer de un recurso energético determinado para obtener una aplicación en las condiciones deseadas, a un coste energético inferior al que anteriormente tenía.
Partiendo de esta premisa, la gran barrera que los ciudadanos y empresas tienen en la actualidad, es la falta por parte del Gobierno de ejemplos y herramientas que demuestren que una disminución en el consumo energético, redundará positivamente en el Cash-Flow de la economía privada. Sin duda parece que intención tiene, pero no sabemos para cuando. A continuación se detallan algunos ejemplos:
- El fomento de las energías renovables y más concretamente la implantación de un nuevo modelo de Autoconsumo y Balance Neto, lleva más de un año esperando su regulación. Esto favorecería la energía distribuida, que redundaría en una mejora del grado de abastecimiento energético a nivel nacional, además de mejorar la renta de las familias y empresas es este pais.
- La calificación energética de edificios, lleva algún camino andado, pero quizás el que mayor repercusión podría tener en el tejido productivo, sería la regulación de la obligatoriedad de la calificación energética en edificios existentes. Llevamos ya varios meses pendientes de su regulación por parte del estado.
- Una regulación del mercado de carburantes estable, evitaría casos como el que desde el año 2009 hasta 2012 el precio de los carburantes principales para la automoción hayan aumentado en más de un 74% y sin embargo la demanda en toneladas haya disminuido en un 10,2% y 8,2% para la gasolina 95 y gasóleo A, respectivamente. Desde luego una subida totalmente desproporcionada en relación a la caída de la demanda.
- Por último comentar que desde los años 80, el suministro de electricidad ha sido considerado un bien de primera necesidad por cada uno de los marcos regulatorios que hemos tenido, desde el MELE hasta el actual modelo de MERCADO LIBRE. Este último en el que nos encontramos, su principal finalidad es la de garantizar al consumidor un precio de consumo lo más bajo posible, dentro de un mercado competitivo y liberalizado. Pues la cruda realidad es que en la última década el precio de la electricidad ha aumentado en más de un 110 %, y concretamente, desde la entrada del mercado libre en 2009 en casi un 40%.
En una época de crisis profunda, que aún no sabemos por donde y cuando saldrá, parece ser que a nadie le preocupa el Cambio Climático, pero si “su bolsillo”. Ahora,
¿A QUIÉN BENEFICIA REALMENTE LA EFICIENCIA ENERGÉTICA?
¿AHORRO ENERGÉTICO IMPLICA AHORRO ECONÓMICO?
Está claro que el consumidor es un pieza principal en la consecución de los objetivos que se establezcan en cuanto a eficiencia energética se refiere, pero esto difícilmente podrá tener un matiz motivador si desde la administración y los grandes generadores-productores energéticos, se sigue pretendiendo dar una imagen de mercado transparente y liberalizado, tras una cortina en la que cada vez más se vislumbran tejidos oligopólicos perfectamente estructurados y organizados, para manejar los precios y decisiones del mercado a su antojo.
Para finalizar, una posible definición:
Se define EFICIENCIA ENERGÉTICA como la capacidad para disponer de un recurso energético determinado, minimizándolo en su consumo, manteniendo las condiciones confort del servicio y maximizando los beneficios del generador a costa del consumidor.
Autor: Amador Martínez | Director ejecutivo de itcea+ | @amadormartinezj
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